Un septiembre distinto

Hoy iniciamos un nuevo curso deportivo, pero será un septiembre distinto. Con enorme pesar hemos de comunicar la irremediable y repentina pérdida de Justo Gómez-Serranillos Ávila, quien hasta la fecha ostentaba el cargo de Presidente del Comité de Competición de los Juegos Deportivos Escolares.

Justo se enroló en este proyecto prácticamente desde sus inicios. Formaba parte de ese grupo de coordinadores que altruistamente gestionaban la competición de Educación y Gestión en la década de los 90. Un equipo de trabajo que con esfuerzo y tesón sentó las bases de los Juegos que conocemos hoy día. En años sucesivos, ya inmersos en el siglo XXI, parte de estos colaboradores, por diferentes motivos, tuvieron que desvincularse de los Juegos, reduciéndose de este modo el grupo de personas dedicadas a la organización de la competición. La institución tuvo que adecuarse mediante la profesionalización y la adquisición de un programa de gestión informático, generando de este modo una nueva etapa.

Un nuevo periodo en el que nuestro siempre dispuesto Justo continuaría su estrecha colaboración con los Juegos. Su vinculación con algunos aspectos del ámbito legislativo y su amor por el deporte escolar decantaron la balanza para nombrarlo miembro del Comité de Competición, cargo que ostentó en todo momento sin remuneración, por expreso deseo personal y demostrada vocación de servicio para la causa. Su experiencia en el cargo durante años, así como su dedicación en el estudio pormenorizado de cada caso, adaptando las resoluciones con la fidelidad necesaria a la normativa como herramienta, así como la imparcialidad requerida que demostraba, generaban enorme tranquilidad y seguridad en los miembros del Comité.

Hombre solícito, atento, servicial, seguro, positivo, afectuoso, alegre y generoso a más no poder son algunas de las credenciales que enmarcan la personalidad de Justo. Nos deja un vacío enorme, el de su persona, que ya sentimos con profunda tristeza. Pero nos queda su sello, perpetuado en una permanente sonrisa a la vida, su espíritu jocoso y la sabiduría de sus consejos.

En este mismo momento, ni más ni menos, justo ahora, terminando de releer estas líneas, con el ánimo que lo caracteriza, acaba de susurrarme al oído: “Será un septiembre distinto, pero hoy iniciamos un nuevo curso deportivo”.

Un fuerte abrazo, querido amigo.